Vistas de página en total

viernes, 25 de septiembre de 2020

La visita



Rafael Espinosa / Con su uniforme de gala el militar atravesó el vitral de la gran plaza Ámbar. Se trepó a un pequeño escabel y con cierta solemnidad estiró los brazos quizás para ajustarse el saco; levantó la varita con su mano y comenzó a dirigir a los músicos elegantes que se pararon frente a él. Aunque yo no sé mucho de música podría decir que el "Bolero de Rabel" se escuchaba chillante, sin embargo, mi impresión cambió cuando de sorpresa hizo su entrada triunfal un montón de músicos salidos de quién sabe dónde, que se sumaron a la orquesta. Se acercaron tocando trombones, fagotes, tubas, oboes, hasta el timbal que con mucho esfuerzo llegó cargando un oficial. La gente les hizo rueda gozando este gran concierto, otros desde la segunda planta de cristalería, mientras que los empleados de los locales se asomaban detrás de los escaparates. A esa primera pieza le siguió "Las Mañanitas" culminando con "Señora Señora", dedicado a las mamás de Chiapas. De pronto, se escucharon los aplausos como cascada de un río bajo el domo desenfadado y fresco. No faltó alguien que después de salir de este encanto quedara viendo a su esposa y le diera un beso, o el hijo a la madre, o la nieta a la abuela, con tanto afecto que estuvieron a punto del llanto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario