Por Rafael Espinosa:
El
Santuario del Manatí en Catazajá podría desaparecer en algunas décadas debido
al desinterés gubernamental y a la falta de coordinación de las autoridades. Se
desconoce el número de vertebrados de esta especie en peligro de extinción,
tampoco existe un monitoreo riguroso y no se tiene un estudio serio, incluso
puede decirse que el inmueble está abandonado, dijo Guadalupe Latournerie
Inurreta, presidenta del comité municipal de conservación del manatí.
Está
ubicado en la Región
Norte de Chiapas y comprende aproximadamente 16 mil hectáreas
de humedales, lagunas y esteros, y en tiempo de lluvia alcanza los 24 mil, pero
en temporada de precipitaciones excesivas supera las 30 mil, cuando el río
Osumacinta y el Grijalva crecen, agregó Latournerie.
La
bióloga Isabel Velázquez García, coordinadora del proyecto Conservación
del Manatí Trichechus Manatus, en los humedales del Norte de Chiapas,
explicó que la creación del santuario se registró en 1995, a partir de un
envaramiento masivo en la
Laguna San Juan, Palenque.
Este
proyecto dependiente de la
Dirección de Áreas Naturales y Vida Silvestre de la Secretaría del Medio
Ambiente e Historia Natural (Semahn), inició las gestiones para el cuidado de
los mamíferos y decretó el 7 de septiembre como el Día Nacional del Manatí que
se festeja cada año en Playas de Catazajá.
Velázquez
García desconoció el número de individuos aunque, dijo, se tiene un estimado de
entre 90 y 100, debido a que no existe un monitoreo porque el agua no es muy
clara y se necesita de instrumentos necesarios, motivo por el cual se están
gestionando recursos para llevar a cabo el conteo, el cual podría ser el
siguiente año.
Latournerie
Inurreta reveló que desde hace dos años no se hacen monitoreos, pero a la fecha
al parecer existen 140 manatíes en el área del embalse.
Por
su parte, José Eliel Baca Castellanos, subdelegado de recursos naturales de la Procuraduría Federal
de Protección al Ambiente (Profepa), delegación Chiapas, comentó que existen unos
30 ejemplares.
La
bióloga Isabel Velázquez expresó que ciertos estudios suponen que la población
de Tabasco y Chiapas podría ser la misma, dado a que cuando sube el nivel de
agua los manatíes de Catazajá, La
Libertad, los manchones de Palenque (que confina con los ríos
Osumacinta y Chacamax), pueden pasar de una zona a otra.
Latournerie,
dirigente del Comité Municipal de Conservación del Manatí, sostuvo que el grupo
que dirige es algo parecido a una asociación civil conformado por 24 personas
que trabajan constantemente. Su labor es voluntaria y consiste en ayudar a las
especies en caso de envaramientos.
Asimismo
asintió que no hay presupuesto, no nos apoyan mucho. A decir verdad, dijo, se
apoyan y se respaldan con recursos propios a través del delegado de Pesca
Regional en Catazajá, incluso carecen de gasolina para hacer los recorridos.
Es
por eso que hizo un llamado a las autoridades municipales y estatales, porque el
proyecto sí está abandonado, existe un programa, un recurso, que a mi manera de
pensar no se está ejerciendo como debería de ser. No hay resultados claros del
proyecto de Conservación del Manatí, en Catazajá; hacemos lo que
voluntariamente podemos hacer.
A
diferencia de Chiapas, en Veracruz, Tabasco y Quintana Roo existen monitoreos y
números precisos de manatíes, además de que le dan seguimiento al programa, de
acuerdo con el libro Proyecto de Conservación, Recuperación y Manejo del Manatí
Trichechus manatus.
En
el mundo existen tres especies de manatíes; el antillano (trichechus manatus),
el amazónico (trichuchus inunguis) y el africano (trichechus senegalensis).
El
trichechus manatus dividido en dos subespecies: el de la Florida (trichechus
manatus latirostris) y el trichechus manatus manatus distribuido en el Golfo de
México (Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Chiapas, Campeche y Quintana Roo) y
Centroamérica.
En
1975, el trichechus manatus fue considerada como una especie en peligro de
extinción por la que es el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de
Fauna y Flora Silvestre (CITES) y en 1982 como especie vulnerable por la Unión Internacional
para la Conservación
de la Naturaleza
(UICN), además la NOM-059
de la Secretaría
de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), también lo protege y le
concede este título.
Actualmente
los peligros latentes que enfrentan son las redes de los pescadores ilícitos,
la contaminación del agua, la propela de las lanchas, los varamientos, el
surgimiento de enfermedades infecciosas y la alteración y destrucción de su
hábitat, comentó la bióloga Isabel Velázquez.
Los
manatíes son del orden Sirenia por su parecido a la mitológica figura de las
sirenas. Al nacer llegan a medir 90 centímetros o un metro con un peso que
oscila entre los 100 y 150
kilogramos, y en la edad adulta pueden alcanzar 4.5 metros y logran
pesar casi media tonelada, explicó la experta.
Según
la revista de la
Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), los mamíferos
viven de 50 a
60 años y un adulto llega a consumir 40 kilos al día de una gran variedad de
plantas flotantes, sumergidas o emergentes, y devuelven el 40 por ciento como
productos nutrientes puros otra vez al agua.
Descansan
periodos de dos a 12 horas diarias. Son inofensivos y la única relación
duradera es la que se establece entre la madre y la cría durante la lactancia
que puede ser casi dos años. Su madurez sexual la alcanzan entre los cuatro y
seis años, pudiendo reproducirse en cualquier época del año.
El
período de gestación dura de 12
a 14 meses. En cada parto nace una cría y a veces dos.
Viven en cuerpos de agua poco profundas, por lo regular de uno a cinco metros,
cercanas a las orillas, con temperatura de 20 a 30 grados centígrados y de baja salinidad
como costeras, bahías, cenotes, ríos, arroyos y lagunas de aguadulce, aunque
ocasionalmente salen al mar.
Estos
herbívoros respiran oxígeno, por lo que salen a tomar aire a la superficie cada
dos o tres minutos y puede permanecer sumergido hasta 20 minutos cuando
descansan.
Aurelio
Cruz Ovando, delegado estatal de la
Propepa en Chiapas, informó que en lo que va del año han
hecho cuatro recorridos de vigilancia y agregó que el año anterior supo que dos
ejemplares adolescentes aparecieron muertos sin que aún se determinen las
causas.
No
existen denuncias de ataque y tampoco ha habido personas detenidas ni consignadas.
Cuando hay algo irregular actuamos inmediatamente y le damos vista ante
el Ministerio Público, dijo Cruz Ovando, al tiempo de advertir que la
sanción por caza podría ser una amonestación o multa económica, dependiendo la
gravedad del problema.
Su
tarea, enfatizó, es exclusivamente en materia de protección y en caso
de detectar una actividad irregular, nosotros entramos.
José
Eliel Baca Castellanos, subdelegado de recursos naturales de la Profepa en Chiapas,
recordó que en coordinación con otras autoridades han rescatado tres manatíes
en este año y cinco en 2010.
La
sanción administrativa podría ser de cien a 20 mil días de salario mínimo, de
acuerdo con la Ley General
de Vida Silvestre, mientras que por el uso y el aprovechamiento de la especie
sin autorización, por ser una especie protegida, alcanza un proceso penal sin
derecho a fianza.
José
Eliel Baca, Isabel Velázquez y Guadalupe Latournerie, coincidieron en que la
concientización social para el cuidado y la protección del manatí, a través de
talleres en instituciones educativas, organismos públicos, privados, estatales
y federales, así como en comunidades pesqueras, han ayudado mucho.
La ecología ya no es una
cuestión de moda, es una necesidad; cultivemos la cultura ambiental no sólo del
manatí sino también de su entorno, puntualizó Guadalupe Latournerie Inurreta,
presidenta del comité de conservación del manatí, en Catazajá.