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martes, 6 de diciembre de 2011

El crimen de Eneyda


Por Rafael Espinosa:
(Mayo 2010)

Una noche antes de su muerte estuvo con su expareja y sus amigos en un bar y luego en una discoteca de la capital de Chiapas, al sureste de México. La joven de 28 años, madre de una bebé, fue hallada semidesnuda, muerta y con huellas de tortura dentro del tinaco de la casa que rentaba.

Eneyda Guadalupe Gutiérrez Vázquez era una mujer baja de estatura, de complexión delgada, cabello castaño, lacio y corto, de tez blanca y ojos color miel. Tenía carácter sencillo y jamás se supo que estuviera involucrada en problemas de ninguna índole.

La noche del viernes, la empleada del Instituto Chiapas Solidario salió con su expareja Noé Sánchez Vázquez, de 26 años, y los compañeros de trabajo de ambos.
Estuvieron en el bar denominado "Crudalia" y después en la discoteca "Chamobeer" de esta capital.

Después del convivio, llegaron juntos alrededor de las tres de la madrugada del sábado al domicilio de ella, situado en la Calle Santa María, entre las avenidas 16 de Septiembre y 5 de Mayo, número 655 de la Colonia Bienestar Social, dijeron fuentes oficiales.

Noé y Eneyda sostenían una relación sentimental, incluso llegaron a vivir en unión libre y durante ese lapso procrearon a una niña que ese mayo tenía un año de edad.

Sin embargo, Eneyda renunció a la relación porque Noé consumía estupefacientes, además de ser muy celoso y violento, comentaron sus conocidos.

Contaron que un día Eneyda dejó a su hija con Noé en la casa, mientras ella se fue al trabajo. Al regresar encontró a su bebé en un cuarto y él estaba en otra habitación presuntamente bajo los efectos de alguna droga, puesto que después de verlo sus comportamientos eran tan extraños y tenía la memoria vaga.

En esa ocasión Noé estaba tan mareado que no reconoció a Eneyda. Incluso, estaba acompañado de una mujer. Este fue el motivo por el cual Emeyda terminó la relación marital, agregaron las fuentes.

Después de este disgusto, ambos se veían a menudo por la hija que aún tenían en común. Ella, en contra de su voluntad, permitía que viera a su hija.

De acuerdo con la Policía, Noé confesó haber convencido a Eneyda para que, en compañía de los amigos de ambos, salieran esa noche. Sin embargo, después de compartir con los amigos en los bares mencionados, Noé se quedó a dormir en casa de ella y el sábado a las ocho de la mañana se despidió para asistir a su trabajo.

Eneyda, quien trabajaba en la misma dependencia de gobierno que él, se quedó planchando su ropa porque ese sábado entraría más tarde, a las diez de la mañana, dos horas después que Noé.


Cerca de la seis de la tarde de ese mismo día, contó la Policía, Noé llegó al domicilio, acompañado de su prima Magdalena Fabiola Maza. Los dos ingresaron a la vivienda y él se percató que las cosas y los muebles estaban desordenados.

Uno de ellos pidió una patrulla al número emergencia 066. La unidad llegó en minutos porque estaba a unas cuadras de la zona. Noé reportó un posible robo al encontrar las cosas fuera de su lugar, incluso un reproductor de películas DVD estaba cerca de la puerta principal, presumiendo que los ladrones no se lo habían podido llevar.

Después de observar detenidamente la casa, Noé, en compañía de su prima, condujo a los agentes a la azotea de la segunda planta. Los policías se percataron que el hombre hablaba del robo, pero no mencionaba a Eneyda.

Sospecharon también que el recorrido de los muchachos parecía muy premeditado, de tal modo que Magdalena husmeó al borde de la azotea para luego dirigirse al tinaco.

En el mismo instante en que abrió al tapa del recipiente, Magdalena vio el cuerpo de Eneyda flotando en el agua. Aterrorizada por la imagen, gritó ante la presencia de los uniformados.

Noé se hizo del sorprendido al notar que su ex pareja estaba dentro del tinaco, con ropa interior y una blusa corta.

El cuerpo presentaba huellas evidentes de tortura, particularmente en la cara, y dos hematomas muy marcadas en el cuello, como si los dedos índice y pulgar de las manos de alguien hubiesen ejercido presión.

Ya era de noche cuando en calidad de presentados, Noé y Magdalena, fueron llevados a la Procuraduría General de Justicia del Estado para declarar acerca de lo acontecido. En el curso de la declaración quedaron retenidos como sospechosos al caer en contradicciones, por lo que esperararían por lo menos 48 horas para que les resolvieran su situación jurídica.

El coche de Noé, un Chevy, que estaba estacionado en la calle, fue puesto a disposición de las autoridades.

El cuerpo de la joven madre, oriunda de Pueblo Nuevo Solistahucán, fue rescatada del tinaco para después ser llevada a la morgue. Esto ocurrió el ocho de mayo, en las vísperas del Día de las Madres que se celebra el 10.

"Eneyda era una mujer sencilla, tranquila, guapa...", dijeron sus amigos.

Noé tenía la mano derecha hinchada. En un cuestionario que al respecto le hizo la Policía, contestó que le había pegado al tinaco por la impotencia ante la tragedia. El día del hallazgo no derramó una sola lágrima y rehusó ver el cadáver.

Adujo también que se había lastimado el brazo cuando saltó la barda para ingresar a la casa, pues no tenía llave y nadie abrió la puerta después de tocar varias veces.

"Existen muchas contrariedades en la declaración", dijeron los agentes, al tiempo de afirmar que la recién nacida estaba en casa de la abuela paterna.

Fue entonces cuando surgieron muchas dudas entre los agentes y los vecinos.

Después de las tres de la madrugada, cuando la pareja regresó de la velada con sus amigos, pudieron pasar muchas cosas. Los habitantes de la zona se hacían preguntas como, por ejemplo: ¿Qué ocurrió después de las tres de la madrugada? ¿Es cierto que él se fue a trabajar y ella se quedó planchando la ropa?, ¿Qué fueron a hacer Noé y su prima a la casa?, ¿Por qué condujeron directamente a la Policía hasta el lugar del hallazgo?

Los vecinos presumieron que el homicidio pudo haber ocurrido antes del amanecer, porque durante el día jamás vieron a nadie en la azotea, mucho menos a alguien cargando un cuerpo.

La Policía investigadora se dirigió al bar y a la discoteca, donde la pareja y sus amigos estuvieron la noche anterior, para saber si existen grabaciones.

“Hasta el momento al parecer nada hace falta en la casa; podría descartarse el robo”, apuntaron.

Seguimiento

Después de caer en contradicciones, Noé Sáenz Vázquez, de 26 años, confesó haber asesinado a golpes a su expareja y luego la ocultó en el tinaco de la casa que ella rentaba, informaron fuentes oficiales.

De acuerdo con su perfil psicológico, Sáenz Vázquez es un sujeto violento y extremadamente celoso. Se sabe que consumía drogas, aunque los resultados de los exámenes toxicológicos que le hizo la Procuraduría General de Justicia aún estaban por definirse, agregaron las fuentes.

Eneyda Guadalupe Gutiérrez Alvarado, de 28 años, era madre de una niña de un año de edad, procreada durante una efímera relación con Noé. Vivieron en unión libre; sin embargo, el idilio terminó por la vida descocada que se permitía el sujeto.

Durante el tiempo en que estuvieron separados, Eneyda se interesó por otra persona dentro de su mismo centro de trabajo. Esta relación apenas comenzaba, ambos se mandaban mensajes y cartas. Ella había resuelto cambiar de empleo para evitar ver a Noé. Sin embargo, Noé descubrió los mensajes en el teléfono celular y las misivas que ella había recibido.

Fuentes oficiales informaron que a pesar de que la relación había terminado, resolvieron salir juntos con los amigos y regresaron entre las cinco y seis de la madrugada del pasado sábado. Noé discutió con Eneyda por la persona que la había sustituido. Ella negó rotundamente una nueva pareja por temor a la violenta reacción de él; sin embargo, Noé argumentaba haber encontrado cartas y mensajes en el teléfono.

En su declaración, Noé confesó haberla golpeado salvajemente, inclusive la tomó con una mano del cuello y con la otra le dio puñetazos hasta que ella perdió el conocimiento.

"Estaba tomado o drogado", dijo la Policía.
Al verla inconsciente, Noé cargó a la joven y la metió en el tinaco. Después de sumergir el cuerpo en el agua, cerró completamente el recipiente.

Al siguiente día, agregó la Policía, Noé avisó a su madre del crimen que había cometido. Por eso, profundizaron los agentes, su mamá llegó llorando a la Procuraduría General de Justicia del Estado, cuando Noé estaba retenido, porque sabía del crimen que su hijo había consumado.

Las cosas de la casa fueron movidas de su lugar con premeditación para aparentar un robo.

Magdalena Fabiola Maza, prima del homicida, también estaba retenida, pues también sabía del asesinato.

La tarde del hallazgo, Magdalena, enterada de lo que había hecho su primo, lo acompañó a la vivienda. Noé la había convencido para que reportaran un posible robo. Al descubrir el cuerpo, Noé se sentó en la azotea sin derramar una sola lágrima y rehusó ver el cuerpo de su expareja.

En ese momento, la pequeña de un año de edad estaba en casa de la abuela paterna, en la colonia San Cayetano, al norte oriente de la capital de Chiapas, donde Noé vivía con su madre después de la ruptura con Eneyda.

En la reconstrucción de los hechos por parte de la policía, llegaron a la conclusión de que Noé inventó que había abandonado la casa de Eneyda a las ocho de la mañana rumbo al trabajo. Sin embargo, agregaron los agentes, no fue al trabajo, fue a ver a su hija a casa de su madre, luego a su prima, arrepentido de lo que habia hecho y tratando de tramar una historia que a nadie convenció.

Eneyda era una joven egresada de la Universidad Autónoma de Chiapas, trabajó en el área de monitoreo del departamento de Comunicación Social de la Procuraduría General de Justicia del Estado, en Palacio de Gobierno y actualmente prestaba sus servicios en el área de difusión del Instituto Chiapas Solidario.

Viajó a la capital con el objetivo de trabajar y estudiar. Así logró matricularse en la carrera de Ciencias de la Comunicación. A decir de sus amigos, Eneyda era una mujer tranquila, sencilla, guapa y trabajadora.

Su cuerpo fue llevado a su municipio natal, Pueblo Nuevo Solistahuacán, a unas dos horas de la capital.

3 comentarios:

  1. que mal corazon de el matar a la mama de su nena.dende mil años que se pudra aya adentro y que le hagan lo que el hiso con ella.

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  2. La verdad qe cabrón fué con ene...y por mí qe mejor le den mil años ahí adentro y se pudra comiendo mierda toda su asqerosa vida.....qe dios me perdone pero la verdad le deseo lo peor a ese maldito idiota!!!

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  3. bueno....si le dieron 25 años...está bien esa es la justicia terrenal..pero la divina..es otra cosa y ahí sí llorará sangre....

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