Por Rafael Espinosa:
(Mayo 2010)
Una
noche antes de su muerte estuvo con su expareja y sus amigos en un bar y luego
en una discoteca de la capital de Chiapas, al sureste de México. La joven de 28
años, madre de una bebé, fue hallada semidesnuda, muerta y con huellas de
tortura dentro del tinaco de la casa que rentaba.
Eneyda
Guadalupe Gutiérrez Vázquez era una mujer baja de estatura, de complexión
delgada, cabello castaño, lacio y corto, de tez blanca y ojos color miel. Tenía
carácter sencillo y jamás se supo que estuviera involucrada en problemas de
ninguna índole.
La
noche del viernes, la empleada del Instituto Chiapas Solidario salió con su expareja
Noé Sánchez Vázquez, de 26 años, y los compañeros de trabajo de ambos.
Estuvieron
en el bar denominado "Crudalia" y después en la discoteca
"Chamobeer" de esta capital.
Después
del convivio, llegaron juntos alrededor de las tres de la madrugada del sábado
al domicilio de ella, situado en la Calle Santa María, entre las avenidas 16 de
Septiembre y 5 de Mayo, número 655 de la Colonia Bienestar Social, dijeron
fuentes oficiales.
Noé
y Eneyda sostenían una relación sentimental, incluso llegaron a vivir en unión
libre y durante ese lapso procrearon a una niña que ese mayo tenía un año de
edad.
Sin
embargo, Eneyda renunció a la relación porque Noé consumía estupefacientes,
además de ser muy celoso y violento, comentaron sus conocidos.
Contaron
que un día Eneyda dejó a su hija con Noé en la casa, mientras ella se fue al
trabajo. Al regresar encontró a su bebé en un cuarto y él estaba en otra
habitación presuntamente bajo los efectos de alguna droga, puesto que después
de verlo sus comportamientos eran tan extraños y tenía la memoria vaga.
En
esa ocasión Noé estaba tan mareado que no reconoció a Eneyda. Incluso, estaba
acompañado de una mujer. Este fue el motivo por el cual Emeyda terminó la
relación marital, agregaron las fuentes.
Después
de este disgusto, ambos se veían a menudo por la hija que aún tenían en común. Ella,
en contra de su voluntad, permitía que viera a su hija.
De
acuerdo con la Policía, Noé confesó haber convencido a Eneyda para que, en
compañía de los amigos de ambos, salieran esa noche. Sin embargo, después de
compartir con los amigos en los bares mencionados, Noé se quedó a dormir en
casa de ella y el sábado a las ocho de la mañana se despidió para asistir a su
trabajo.
Eneyda,
quien trabajaba en la misma dependencia de gobierno que él, se quedó planchando
su ropa porque ese sábado entraría más tarde, a las diez de la mañana, dos
horas después que Noé.
Cerca
de la seis de la tarde de ese mismo día, contó la Policía, Noé llegó al
domicilio, acompañado de su prima Magdalena Fabiola Maza. Los dos ingresaron a
la vivienda y él se percató que las cosas y los muebles estaban desordenados.
Uno
de ellos pidió una patrulla al número emergencia 066. La unidad llegó en
minutos porque estaba a unas cuadras de la zona. Noé reportó un posible robo al
encontrar las cosas fuera de su lugar, incluso un reproductor de películas DVD
estaba cerca de la puerta principal, presumiendo que los ladrones no se lo
habían podido llevar.
Después
de observar detenidamente la casa, Noé, en compañía de su prima, condujo a los
agentes a la azotea de la segunda planta. Los policías se percataron que el
hombre hablaba del robo, pero no mencionaba a Eneyda.
Sospecharon
también que el recorrido de los muchachos parecía muy premeditado, de tal modo
que Magdalena husmeó al borde de la azotea para luego dirigirse al tinaco.
En el
mismo instante en que abrió al tapa del recipiente, Magdalena vio el cuerpo de
Eneyda flotando en el agua. Aterrorizada por la imagen, gritó ante la presencia
de los uniformados.
Noé se
hizo del sorprendido al notar que su ex pareja estaba dentro del tinaco, con
ropa interior y una blusa corta.
El
cuerpo presentaba huellas evidentes de tortura, particularmente en la cara, y
dos hematomas muy marcadas en el cuello, como si los dedos índice y pulgar de
las manos de alguien hubiesen ejercido presión.
Ya
era de noche cuando en calidad de presentados, Noé y Magdalena, fueron llevados
a la Procuraduría General de Justicia del Estado para declarar acerca de lo
acontecido. En el curso de la declaración quedaron retenidos como sospechosos
al caer en contradicciones, por lo que esperararían por lo menos 48 horas para que
les resolvieran su situación jurídica.
El
coche de Noé, un Chevy, que estaba estacionado en la calle, fue puesto a
disposición de las autoridades.
El
cuerpo de la joven madre, oriunda de Pueblo Nuevo Solistahucán, fue rescatada
del tinaco para después ser llevada a la morgue. Esto ocurrió el ocho de mayo,
en las vísperas del Día de las Madres que se celebra el 10.
"Eneyda
era una mujer sencilla, tranquila, guapa...", dijeron sus amigos.
Noé
tenía la mano derecha hinchada. En un cuestionario que al respecto le hizo la
Policía, contestó que le había pegado al tinaco por la impotencia ante la
tragedia. El día del hallazgo no derramó una sola lágrima y rehusó ver el
cadáver.
Adujo
también que se había lastimado el brazo cuando saltó la barda para ingresar a
la casa, pues no tenía llave y nadie abrió la puerta después de tocar varias
veces.
"Existen
muchas contrariedades en la declaración", dijeron los agentes, al tiempo
de afirmar que la recién nacida estaba en casa de la abuela paterna.
Fue
entonces cuando surgieron muchas dudas entre los agentes y los vecinos.
Después
de las tres de la madrugada, cuando la pareja regresó de la velada con sus
amigos, pudieron pasar muchas cosas. Los habitantes de la zona se hacían
preguntas como, por ejemplo: ¿Qué ocurrió después de las tres de la madrugada?
¿Es cierto que él se fue a trabajar y ella se quedó planchando la ropa?, ¿Qué
fueron a hacer Noé y su prima a la casa?, ¿Por qué condujeron directamente a la
Policía hasta el lugar del hallazgo?
Los
vecinos presumieron que el homicidio pudo haber ocurrido antes del amanecer,
porque durante el día jamás vieron a nadie en la azotea, mucho menos a alguien
cargando un cuerpo.
La
Policía investigadora se dirigió al bar y a la discoteca, donde la pareja y sus
amigos estuvieron la noche anterior, para saber si existen grabaciones.
“Hasta
el momento al parecer nada hace falta en la casa; podría descartarse el robo”,
apuntaron.
Seguimiento
Después
de caer en contradicciones, Noé Sáenz Vázquez, de 26 años, confesó haber
asesinado a golpes a su expareja y luego la ocultó en el tinaco de la casa que
ella rentaba, informaron fuentes oficiales.
De
acuerdo con su perfil psicológico, Sáenz Vázquez es un sujeto violento y extremadamente
celoso. Se sabe que consumía drogas, aunque los resultados de los exámenes
toxicológicos que le hizo la Procuraduría General de Justicia aún estaban por
definirse, agregaron las fuentes.
Eneyda
Guadalupe Gutiérrez Alvarado, de 28 años, era madre de una niña de un año de
edad, procreada durante una efímera relación con Noé. Vivieron en unión libre;
sin embargo, el idilio terminó por la vida descocada que se permitía el sujeto.
Durante
el tiempo en que estuvieron separados, Eneyda se interesó por otra persona
dentro de su mismo centro de trabajo. Esta relación apenas comenzaba, ambos se
mandaban mensajes y cartas. Ella había resuelto cambiar de empleo para evitar
ver a Noé. Sin embargo, Noé descubrió los mensajes en el teléfono celular y las
misivas que ella había recibido.
Fuentes
oficiales informaron que a pesar de que la relación había terminado,
resolvieron salir juntos con los amigos y regresaron entre las cinco y seis de la
madrugada del pasado sábado. Noé discutió con Eneyda por la persona que la
había sustituido. Ella negó rotundamente una nueva pareja por temor a la
violenta reacción de él; sin embargo, Noé argumentaba haber encontrado cartas y
mensajes en el teléfono.
En
su declaración, Noé confesó haberla golpeado salvajemente, inclusive la tomó
con una mano del cuello y con la otra le dio puñetazos hasta que ella perdió el
conocimiento.
"Estaba
tomado o drogado", dijo la Policía.
Al
verla inconsciente, Noé cargó a la joven y la metió en el tinaco. Después de
sumergir el cuerpo en el agua, cerró completamente el recipiente.
Al
siguiente día, agregó la Policía, Noé avisó a su madre del crimen que había
cometido. Por eso, profundizaron los agentes, su mamá llegó llorando a la
Procuraduría General de Justicia del Estado, cuando Noé estaba retenido, porque
sabía del crimen que su hijo había consumado.
Las
cosas de la casa fueron movidas de su lugar con premeditación para aparentar un
robo.
Magdalena
Fabiola Maza, prima del homicida, también estaba retenida, pues también sabía
del asesinato.
La
tarde del hallazgo, Magdalena, enterada de lo que había hecho su primo, lo
acompañó a la vivienda. Noé la había convencido para que reportaran un posible
robo. Al descubrir el cuerpo, Noé se sentó en la azotea sin derramar una sola
lágrima y rehusó ver el cuerpo de su expareja.
En
ese momento, la pequeña de un año de edad estaba en casa de la abuela paterna,
en la colonia San Cayetano, al norte oriente de la capital de Chiapas, donde Noé
vivía con su madre después de la ruptura con Eneyda.
En la
reconstrucción de los hechos por parte de la policía, llegaron a la conclusión
de que Noé inventó que había abandonado la casa de Eneyda a las ocho de la
mañana rumbo al trabajo. Sin embargo, agregaron los agentes, no fue al trabajo,
fue a ver a su hija a casa de su madre, luego a su prima, arrepentido de lo que
habia hecho y tratando de tramar una historia que a nadie convenció.
Eneyda
era una joven egresada de la Universidad Autónoma de Chiapas, trabajó en el
área de monitoreo del departamento de Comunicación Social de la Procuraduría
General de Justicia del Estado, en Palacio de Gobierno y actualmente prestaba
sus servicios en el área de difusión del Instituto Chiapas Solidario.
Viajó
a la capital con el objetivo de trabajar y estudiar. Así logró matricularse en
la carrera de Ciencias de la Comunicación. A decir de sus amigos, Eneyda era
una mujer tranquila, sencilla, guapa y trabajadora.
Su
cuerpo fue llevado a su municipio natal, Pueblo Nuevo Solistahuacán, a unas dos
horas de la capital.
que mal corazon de el matar a la mama de su nena.dende mil años que se pudra aya adentro y que le hagan lo que el hiso con ella.
ResponderEliminarLa verdad qe cabrón fué con ene...y por mí qe mejor le den mil años ahí adentro y se pudra comiendo mierda toda su asqerosa vida.....qe dios me perdone pero la verdad le deseo lo peor a ese maldito idiota!!!
ResponderEliminarbueno....si le dieron 25 años...está bien esa es la justicia terrenal..pero la divina..es otra cosa y ahí sí llorará sangre....
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