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lunes, 26 de diciembre de 2011

Decapitado por robarse una pistola


Foto: Abenamar López

Rafael Espinosa:
(Publicado 17/03/2009)
Un comandante de la Policía Estatal Preventiva está arraigado por su presunta participación en el homicidio de un sujeto que fue hallado decapitado el 17 enero de este año, en la orilla del río Sabinal, cerca de la Procuraduría General de Justicia del Estado, informaron fuentes oficiales.
Todo comenzó cuando el elemento de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSyPC), visitó a una mujer con la que tenía una relación sentimental fuera de su matrimonio, en una colonia cercana al fraccionamiento Chapultepec, al poniente de Tuxtla Gutiérrez.
Carlos Mario López Gómez, actualmente arraigado, estacionó su patrulla y dejó escondida su pistola de cargo en su unidad.
Más tarde, el hoy occiso, un joven de unos 22 años, irrumpió en el vehículo y tomó el arma de fuego de la patrulla para después dirigirse a la casa de su padre a quien pidió que se la guardara sin confiarle de dónde la había sustraído. El muchacho nunca se enteró de que un testigo observó toda su operación.


"El hijastro del policía vio cómo el muchacho abrió la puerta de la patrulla, sacó el arma y lo peor de todo es que lo identificó plenamente; era conocido del barrio", agregaron las fuentes.

La escuadra estaba guardada a unas cuatro cuadras de donde se consumó el presunto robo, en la vivienda del padre del que días después apareció decapitado en la orilla del río Sabinal.
El uniformado, Carlos Mario López, denunció los hechos ante las autoridades correspondientes, pero además avisó al alto mando de la corporación que tenía fehacientemente descubierto al sujeto que le había robado su arma.
Éste le ordenó sarcásticamente que lo "levantara" y le diera una "calentadita", aunque Carlos Mario tomó las cosas en serio y en pocos días, en compañía de otros agentes, arbitrariamente lo detuvo en las inmediaciones de la colonia Chapultepec.

"La detención fue al parecer el jueves 15 de enero de este año (2009)", ahondaron las fuentes.

Cuando estuvo en manos de los "guardianes", lo golpearon de forma despiadada de tal manera que lo mataron por asfixia, como lo dictaminó el personal del Servicio Médico Forense (Semefo) en sus diligencias.

Ya muerto, lo trasladaron a un hotel de paso.

"No sabían qué hacer, pero al final de cuentas era orden del jefe, aunque éste lo haya dicho de manera irónica", agregaron.

Recostaron el cadáver en un jacuzzi y lavaron el cuerpo para que el agua se llevara todo rastro de sangre; le cortaron la cabeza con cautela para que el homicidio se relacionara con la delincuencia organizada. Es más, continuaron, usaron la sábana de la habitación como mortaja para envolver los restos.Más tarde tiraron el cuerpo.
Al siguiente día, Carlos Mario López tuvo asistencia en la revista que cada mañana hacen los altos mandos de la Policía, aunque se desconoce si se presentó o pagó a alguien para que contestara por él a fin de que no le descontaran su día de trabajo.
Días después de que lo "levantaron" apareció la cabeza del muchacho, tirada en la orilla del río Sabinal, a unos 500 metros del Ministerio de Justicia del Estado (MJE), ahora Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).

"Los cortes eran tan finos que se relacionó de inmediato con la delincuencia organizada, incluso muchos medios manejaron el crimen en respuesta al cambio de ministro que se dio oficialmente en esas fechas", dijeron las fuentes.

Unos hombres que recogían leña en el margen del río Sabinal para cocinar plátanos fritos y venderlos en los cruceros de la ciudad, localizaron el resto del cuerpo decapitado y dieron aviso a la Policía.
El cadáver estaba enrollado en una bolsa negra y una sábana gruesa color beige atada con cinta canela. A juzgar por la forma del empaque, tenía atadas las manos hacía atrás.
Días después del hallazgo, la cuñada del joven decapitado resultó ser jurídico de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSyPC) y se enteró que el padre del muchacho tenía la pistola "robada", por lo que presentó el arma de fuego para ponerla a disposición de la autoridad correspondiente.
Por este caso se integraron tres averiguaciones previas, una por la desaparición del joven que vivía cerca de la Colonia Chapultepec, en la colonia Atenas, otra por el extravío o robo del arma y una más por el homicidio.
La familia ha negado también que su hoy difunto haya tenido relación con la delincuencia organizada.

"Quizá era vándalo, pero no se merecía esto", comentaron las fuentes.

Hasta el momento se presume que fueron varios policías los que supuestamente cometieron el crimen; sin embargo, sólo Carlos Mario López Gómez está arraigado.
Las investigaciones del crimen quedaron prácticamente bloqueadas, las pesquisas se interrumpieron extrañamente sin que la Procuraduría General de Justicia del Estado brinde un informe al respecto, incluso ésta se mantiene en "silencio".
Y es que el comandante de la Policía Ministerial, encargado del área de homicidios, de apellido Zamarrón, quien seguía el caso muy de cerca, fue despedido "injustificadamente" con la amenaza de que si continuaba con la invetigación sería encarcelado por una averiguación previa que tenía en su contra en el municipio de Palenque.

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