Rafael Espinosa / Y entonces el hospital se transformó en un barco de familias alegres en cubierta, médicos y enfermeras en barandilla, acercándose al puerto de la esperanza, con luces de bengala y campanadas del primer minuto del 2019.
Este
sitio de urgencias, acostumbrado a las aflicciones mutuas, camillas apremiantes
y salas de espera desbordantes, vivió una efímera y genuina indolencia a la
media noche de este lunes.
Como
si se tratara de un valls, las familias desconocidas se dieron el más sincero
abrazo por Año Nuevo, mientras que Dios puso a buen recaudo a recién nacidos,
pacientes terminales y mujeres embarazadas.
El
ruido y resplandor de los cohetes y luces de bengala, brillaron en los ojos de
médicos y enfermeras que contemplaron desde el balcón de este barco llamado
hospital Vida Mejor, embelesados, como si se tratara del canto de una sirena.
Después
de diez minutos del 2019, todo volvió a la normalidad en el hospital, como una
fábula alegre en medio de un nostálgico drama.
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