Rafael Espinosa / De lunes a sábado,
don Demesio sale a las calles a vender pan en su bicicleta. Con 67 años de vida
y 30 dedicándose a este negocio, se le puede ver en las colonias El Carmen,
Shanká, Adonahí, Potinaspak y otros asentamientos vecinos, en Tuxtla Gutiérrez.
Ha estado a punto de caer empujando su
bicicleta, porque las calles están accidentadas. La vez pasada le llegó un
ventarrón que le llenó de polvo la cara; se detuvo y alcanzó a taparse con el
antebrazo izquierdo.
Don Demesio vive en la colonia
Satélite, al otro lado de la ciudad; sin embargo, por las tardes llega a la
panadería, en la colonia Potinaspak, carga su pan en la bicicleta, la cual deja
encargada ahí, y sale a vender.
Doña Hortensia le compra desde hace muchos
años, porque don Demesio vende barato: 7 teleras por 10 pesos.
La gente sabe cuando se aproxima
porque se escucha a lo lejos la voz aún fuerte y prolongada.
—¡Telera! ¡Telera!
Es padre de siete hijos, todos
casados. Dice que hace muchos años compraba pan en la extinta tienda Aras
Bazar, no obstante, desde hace un par de décadas conoció la panadería que
actualmente le entrega.
A su edad no sufre enfermedad alguna,
aunque a veces se queda en casa por algún padecimiento pasajero.
Al día vende unos 350 pesos; aunque la
ganancia es mínima, le alcanza para que coma con su esposa.
Don Demesio seguirá vendiendo en las
calles de esta ciudad, hasta que Dios le preste vida, puntualiza.
Nota: Si lo ven por ahí, cómprenle;
quedan pocos hombres “de roble” con ganas de seguir adelante.
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