•El joven herido a causa de la
explosión de un negocio, en Tuxtla
Rafael Espinosa * Día Uno / Desde una
noche antes, Hugo había planeado con su esposa comprar una televisión,
artículos navideños y el regalo de Santa Claus para su hijo. También había
programado tramitar documentos personales para emplearse como repartidor en una
refaccionaria automotriz.
Había dormido bien como una noche
cualquiera, sin embargo, a la mañana siguiente, sin que él sepa por qué, se
puso a discutir con su madre y hermanos por motivos diversos, como cualquier
familia.
Salió enojado a la calle, con la
mochila al hombro. En Palacio de Gobierno hizo unos trámites personales y en la
plazoleta platicó con un conocido. Caminaba sobre la banqueta pensando en mil
cosas, recuerda.
De pronto, escuchó una explosión y, al
mismo tiempo, un golpe que lo lanzó contra un automóvil estacionado.
Ensordeció a causa del impacto, sólo
oía un chillido agudo, dice. Quiso levantarse, pero no pudo. Le ardía la cara y
sentía un punzante dolor en las costillas.
—¡No te muevas! —le dijo alguien
cuando apenas abrió los ojos.
Tirado en el suelo, escuchaba voces de
gente afligida.
Más tarde, socorristas de la Cruz Roja
le brindaron los primeros auxilios.
—No te muevas, amigo, tranquilo, te
vamos a ayudar —le dijeron.
Eran alrededor de las diez y media de
la mañana. Su madre y hermanos, con los que había discutido, desayunaban a esa
hora. Les habían informado por teléfono que Hugo estaba herido y quemado por
una explosión. Sintieron morirse, dicen.
Más tarde, acostado en una camilla,
Hugo pensó que Dios le dio una oportunidad.
—Por alguna razón, Dios quiere que
siga vivo —reflexiona. Tiene esguince cervical y fractura en una de las
costillas.
Sólo quiere que le den el trabajo en
la refaccionaria y que el dueño del negocio se haga cargo de sus lesiones.
Su mochila y los tenis aún no
aparecen. Se perdió su cartera con tres mil pesos, documentos personales y su
teléfono celular.
Nota: La explosión se originó por una
acumulación de gases. El establecimiento denominado "Tortas Exprés"
estaba cerrado al momento del estallido; ya fue clausurado; operaba sin medidas
de seguridad.
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