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lunes, 22 de octubre de 2012

Obra del centro nos queda a deber: expertos




Rafael Espinosa: 

Aún no concluye en su totalidad el Proyecto Integral de Mejoramiento Urbano al Primer Cuadro de Tuxtla Gutiérrez y ya presenta desperfectos. La obra ocasionó la quiebra de más de 100 locales comerciales, el accidente de varios ciudadanos por los registros sin tapa o los montículos de tierra, así como una baja grave en ventas en los mercados.
El proyecto “Que viva el centro” estaba programado para cuatro meses, sin embargo, ya pasó más de un año y aún no ha quedado al cien, con un presupuesto bipartita de 200 millones de pesos, 100 por parte del Gobierno del Estado y 100 por el Ayuntamiento municipal.
Se hizo con la finalidad de modernizar el corazón de la capital que abarca el cuadrante de la 5ª Sur a la 5ª Norte y de la 4ª Oriente a 4ª Poniente, a través de la instalación de una nueva red de cableado subterráneo para las líneas eléctricas, de teléfono y televisión por cable.
Así también comprendía la reconstrucción del drenaje sanitario y agua entubada; vialidades con concreto hidráulico, rehabilitación del alumbrado público, reconstrucción y ampliación de banquetas
En número reconstruirían un total de 163 mil 473.97 metros cuadrados de vialidades y 28 mil 848.26 metros cuadrados de banquetas, además de la instalación de mobiliario en concreto tipo cantera y la siembra de árboles en la áreas verdes del nuevo embanquetado.
Sin embargo, no cumplió con las expectativas, nos quedó a deber, no fue una mala la idea, hubo planeación pero no fue la adecuada, sostuvo Rogelio Tamayo Carboney, presidente del Colegio de Ingenieros Civiles de Chiapas (CICCH).
En un recorrido se observó que algunos adoquines están hundidos, otros están fuera de su sitio y existen fugas de agua. Cables desconectados, bases de las luminarias que significan peligro para el peatón, transformadores de energía eléctrica que ocupan casi todo el ancho de la banqueta, las calles están angostas, incluso algunas bancas desprendidas, basureros insuficientes y el cableado eléctrico continúa en los postes.
Tienen rampas para personas con discapacidad, pero paradójicamente en algunas banquetas reducidas hay postes de la CFE o de teléfonos que les impiden el paso.
Ampliaron las banquetas para darle preferencia a los peatones, no obstante, en los cruceros dejaron un acabado liso que representa un peligro para los transeúntes y automovilistas, comentó Carmen Gordillo Ruiz, presidenta del Colegio de Arquitectos de Chiapas (CACH).
Además, dijo, tampoco tomaron en cuenta que la ampliación de las banquetas sería “blanco” para el ambulantaje.
“La falta de planeación, de poder trabajar con tiempo un proyecto, dio como resultado una mala ejecución de la obra que repercute en toda la problemática que estamos viviendo”, agregó.
La obra inició con mano de obra del propio Ayuntamiento para ahorrar recursos, aunque con los meses fue necesario contratar —de manera urgente— el servicio de constructoras, luego otras, de modo que sumaron más de 20, debido también a la presión de los comerciantes que resentían “un golpe bajo” a su economía.
El CICCH le hizo saber al Ayuntamiento que su intervención en los trabajos no significaría un ahorro y tampoco iba ser más rápido, de modo que a medio proceso acabaron contratando empresas constructoras, lo cual le dio un poco más de certeza, calidad y profesionalismo al trabajo, dijo Carboney.
Lo primero que debieron atender eran las instalaciones tanto hidráulicas, sanitarias, eléctricas, comunicaciones, televisión, advirtió Rogelio Tamayo, al tiempo de revelar que “por las prisas, por querer hacer las cosas sin planeación, sin estudio… pero bueno la obra ya está; ahora se están corrigiendo los errores”.
Otro problema, agregó Gordillo Ruiz del CACH, es que tampoco sabían qué se iban a encontrar abajo a la hora de abrir las calles, instalaciones viejísimas, material dañado, que no lo contemplaron en el proyecto, en el presupuesto.
Este era un buen momento, asintió, para hacer un dren pluvial suficiente y evitar que en las calles se formen ríos, de tal manera que a veces la gente no puede cruzar de una acera a otra.
Es buena idea darle preferencia a los transeúntes a través de la ampliación de las banquetas.
Al ampliarlas hacia adentro tenían que comprarles una parte de propiedad a los afectados (casas antiquísimas o edificios grandes), por eso decidieron invadir parte de la calle y reducir el área de rodamiento, explicó Carmen Gordillo, presidenta del Colegio de Arquitectos.
Por su parte, Rogelio Tamayo del CICCH, también priorizó al peatón, pero era necesario un estudio previo sobre movilidad de origen y destino, para saber con anticipación cómo se comporta la sociedad, la economía, etcétera.
Tamayo Carboney lamentó que las calles hayan quedado reducidas y se imaginó, sin desearlo, el incendio de un edificio en pleno centro. ¿Por dónde entrarían los bomberos, Cruz Roja, si el tráfico está paralizado y las calles son para un vehículo?, se preguntó.
Otra de las problemáticas es el caos vial. La gente ahora parece preferir ir de compras a los centros comerciales a estancarse en el tráfico del centro por las calles no concluidas, aunque es preciso aclarar que mucha gente por tradición nunca dejará de ir a los mercados. 
De acuerdo a una publicación, la Cámara Nacional de Comercio de Tuxtla Gutiérrez (CANACO), reveló que el 10 por ciento de mil 300 agremiados no soportó las bajas ventas durante la remodelación del centro.
En el mercado público “Juan Sabines” se fueron a la quiebra 30 locales y el resto registró una baja del 75 por ciento en sus ventas, es decir, tres de cada cuatro clientes dejaron de comprar aquí, informó Roberto Canseco Martínez, secretario general de este mercado.
“Nos impactó fuertemente en forma negativa, ya que mucha gente no quería venir a comprarnos, por la situación de las calles”, reconoció.
Asimismo afirmó que nunca tuvieron comunicación previa con el Ayuntamiento para analizar cómo amortiguar la crisis económica que sufrirían.
Actualmente los locatarios están inconformes porque la amplitud de las banquetas benefició al ambulantaje y la angostura de las calles ahuyentó a los clientes, motivo por el cual se reúnen con los representantes de cada giro para ofrecer ofertas y atraer a la clientela.
En el recorrido también se observó varios negocios cerrados y otros con el anuncio: “Se renta”.
Rogelio Tamayo Carboney, presidente del CICCH, propuso que se debe hacer un verdadero proyecto de estacionamientos. Ubicar sitios para el transporte público y evitar que los taxis entren al centro o poner estaciones de transferencia para que el servicio colectivo quede a cuatro cuadras y la gente camine porque, recordó, para eso ampliaron las banquetas.
El tráfico interno pudiera aliviarse haciendo ejes viales, aunque necesitaríamos agrandar las calles, pero con esto, lamentó, entraríamos en un proceso destructivo de la obra.
Carmen Gordillo Ruiz, presidenta del CACH, recordó que la Ley de Obra Pública del Estado deja en claro que en la contratación de las empresas existe la garantía de un año por mala calidad de los trabajos y tienen la obligación de reparar los desperfectos.
De acuerdo con el capítulo IV “De los contratos de obra pública”, el apartado IX del artículo 76, dice que se hará constar la forma y términos de garantizar la correcta inversión de los anticipos, el cumplimiento del contrato, y las responsabilidades que deriven de los vicios ocultos que presente la obra decepcionada.
En la misma Ley de Obra Pública del Estado advierte que es necesario asegurar el correcto cumplimiento contractual, de acuerdo con las circunstancias, la complejidad y magnitud de los trabajos.
Tanto el Colegio de Ingenieros Civiles de Chiapas y el Colegio de Arquitectos hicieron estas observaciones en su momento al Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez, aunque al parecer no fueron escuchadas.

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