Rafael Espinosa:
Cuando Mario Nandayapa se sienta a escribir, se pone
los lentes de armazón negro. Comienza a teclear rápido como para que no se le
vayan las ideas; hace pausas momentáneas y continúa con la misma velocidad. Casi
siempre tiene una taza de café sobre la mesa vieja de cedro. Dice que la mesa
se la compró a una vendedora de pozol, en Chiapa de Corzo, hace muchos años. La
mesa contrasta con el monitor de su Mac,
cuya pantalla es casi tres veces más grande que una portátil. Su cuarto de
estudio es modesto. Tiene cuadros de imágenes abstractas, vitrinas con libros y
otra computadora sobre otra mesa. Se siente ese ambiente silencioso, sin
embargo, nada tiene ver porque durante la charla suelta una risotada que parece
hacer temblar las paredes. Sus amigos dicen que siempre ha sido un intelectual
divertido. A sus 47 años, ha escrito 28 libros relacionados con la cultura de
Chiapas y mientras escribe recuerda que pasó su infancia entre una biblioteca y
mesas rebosantes de tomos distintos. Su padre, Mario Aguilar Penagos, aún con
vida, fue ingeniero metalúrgico y también escritor.
Su nombre es Mario Artemio
Aguilar Nandayapa, nació el 19 de octubre de 1964. Sus obras las firma con el
seudónimo de Mario Nandayapa. Así se dio a conocer desde su adolescencia,
cuando recibía clases en Chiapa de Corzo, su pueblo natal y la de sus padres, a
10 minutos de la capital Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
Arrastra su silla sobre las
baldosas para darse la vuelta.
Es un poeta de cabellos
encrespados y de semblante serio cuya impresión cambia al tratarlo. Cada vez
que plática de literatura se apasiona, mueve las manos sin perturbar su
seriedad, como cuando está dando clases en la Facultad de Humanidades
de la Universidad
Autónoma de Chiapas (Unach), o como cuando está sobre un
estrado frente a un público que casi siempre termina aplaudiéndolo.
El día que lo visité parecía
necesitar remos para salir del mar de libros que hay en su sala. Tiene enciclopedias,
mamotretos, discos y libros viejos, sobre dos mesas y el piso, que ha leído
durante más de 30 años. Pretende hacer su biblioteca en la sala, aunque quizá
no pensó que fuera tan difícil ordenarlos en una semana. Su casa blanca tiene
dos plantas, en cuyo balcón hay una hamaca de colores donde descansa cada vez
que le sobra el tiempo; raras veces, por cierto.
De las paredes blancas de la
sala cuelgan cuadros con imágines folklóricas chiapanecas, sillas orilladas por
el regadero de libros, baúles estampados de flores y una música instrumental que
contrasta con el caótico ambiente de ediciones regadas.
Los años parecen no pasar sobre él, salvo las evidentes
ojeras y los ojos acuosos por las intensivas lecturas nocturnas. Conserva esa
locuacidad de cuando lo conocí como catedrático en la Unach , donde hace décadas se
tituló como Licenciado en Letras Latinoamericanas y que posteriormente
culminaría con un Doctorado en Literatura Hispanoamericana en la Facultad de Filosofía y
Letras de la Universidad
de Chile, donde por cierto obtuvo la Medalla Doctoral
por su alto desempeño.
Sus larga noches de lecturas
lograron la publicación De lo íntimo a lo
literario, una compilación de literatura sobre el movimiento armando
denominado “Los Mapaches”; El
estridentismo recuperado, el cual fue su tesis doctoral bajo la tutela de Manuel
Jofré, director de la “Fundación Pablo Neruda” en Chile, una de las
instituciones más prestigiosas de América Latina.
Kukulcán,
análisis de textos indígenas y españoles de los siglos XVI al XVII; Prontuario de la lengua Chiapaneca. Los
pasos de Laco; entrevista al escritor chiapaneco Eraclio Zepeda. Bitácora de la palabra, una serie de
ensayos literarios y la obra De lo
literario a lo íntimo, un gesto de la lucha armada de Chiapas 1914-1920.
Asimismo ha publicado Los colores de la memoria Maya, un
análisis semiótico de los códices mayas; Teatro
Chiapaneco 1773-2012, una antología que recopila lo mejor del Teatro en
Chiapas desde la primera obra puesta en escena hasta Carlos Olmos.
El caballito de Numbañulí, una danza ritual de la cultura de los chiapanecas; Los espejos del tiempo, historia visual
de Acala, Chiapas, entre otras publicaciones de igual importancia.
Las obras, algunas de ellas traducidas
al inglés, fueron publicadas a través de la Unach ; el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes; el
Consejo Nacional para la
Ciencia y la
Tecnología ; la
Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach); el Instituto
Mexicano de la Juventud
y Fondo Nacional para la
Cultura y las Artes, México; el Instituto Politécnico
Nacional; la Universidad
Pedagógica Nacional y la Secretaría de Educación
de Chiapas, entre otros.
Mario Nandayapa es popular y una de sus características
es que casi siempre anda apurado, tiene tantos compromisos que hace días llegó
corriendo a su casa después de una reunión de trabajo con una maestra de la Unam , en un hotel de la
ciudad.
Ese día se disculpó por la
demora y presumió sus cuadros de su sala que representan las tradiciones
culturales y el folclor de Chiapas. Vestía un pantalón de mezclilla azul, una
camisa blanca y zapatos negros.
Camina hacia su cuarto de estudio, se sienta frente al
monitor y dice que con su mesa verde de madera siente la buena vibra
¾Es
parte del ritual, primo ¾.
Ríe ligeramente.
***
Ricardo Cuéllar Valencia
otro destacado escritor colombiano, dice que "Mario Nandayapa, es un
poeta, ensayista, investigador y académico, dedicado a cada uno de esos oficios
con una disciplina inalterable y con una clara y absoluta convicción de lo que
hace. No pretende elogiarlo, mas sí reconocer sus múltiples actividades en el
campo de la cultura y la ciencia (...) Lo cierto es que hoy en día anda sumido
en la investigación de los saberes milenarios que hacen la tradición de Chiapa
de Corzo, su tierra natal”.
El maestro ha estudiado
lingüística, antropología, hermenéutica, se ha enfrascado
en la lectura minuciosa de documentos históricos con la lupa del poeta y del
historiador; ha recorrido teoría poéticas, y obvio, historia del arte y la
literatura.
Durante su trayectoria
profesional ha publicado más de mil 500 artículos en los medios de comunicación
impresos tanto de la región, como nacionales y del extranjero.
Francisco Miranda, escritor
y académico ecuatoriano, comenta que “Mario Nandayapa, es un hombre de ágil
inteligencia y de una memoria continental; hemos conversado en más de ocasión,
y me asombra la pasión y los diferentes temas que maneja: música, artes y
literatura. Siempre que lo recuerdo, lo veo con el pelo revuelto y con una
sonrisa de viajero. En Ecuador cuando vemos a una persona con esta capacidad de
iniciativa y trabajo le decimos "Guerrero", y Nandayapa es un
guerrero de y para las letras y la cultura de América”.
El Doctor Manuel Jofré, poeta,
académico chileno y director de la “Fundación Pablo Neruda”, reconoce “el
trabajo literario y científico que ha efectuado el Doctor Mario Artemio Aguilar
Nandayapa, quien cursó el programa de Doctorado en la Facultad de Filosofía y
Humanidades en nuestra Casa de Estudios Superiores”.
Por su parte, el escritor
Roberto López Moreno, resume que “Mario Nandayapa se nutre de los elementos
ancestrales, participa en ese ritual con energía de la invocación, y su voz
forma parte entonces de todos los sonidos que invaden el espacio primigenio.
Energía verbal multiplicada que en movimiento pendular y abanicante se agrupa y
se disgrega; la presencia del canto es algo más que un recurso formal en el
trabajo poético de Mario”.
El poeta y galardonado con
la medalla “Rosario Castellanos 2012” ,
Óscar Oliva dice: “he escuchado muchas veces al poeta (Mario) Nandayapa leer en
voz alta sus poemas. Lo hace de una manera como si arrojara piedras a ciertas
olas que se levantan del polvo de la tierra, lo hace como si corriera con un cuchillo
clavado en el corazón, lo hace con la misma emoción con la que los ha escrito.
Yo lo he escuchado, y me parece que los leyera atrás de una máscara que le
diera su verdadero rostro antiguo.”
Gustavo Ruiz Pascacio, “Premio
Nacional de Ensayo Luis Cardoza y Aragón”, explica que “en Chiapas, el siglo XX
ha marcado el tránsito de la poesía escrita en lengua castellana en dos líneas
de acción del sujeto poético: el poeta contemplativo de los avatares del mundo
y del tiempo, y el poeta rector de la construcción poética del mundo. En esta
geografía de la poesía escrita, en Chiapas, se inscribe la obra de Mario
Nandayapa. En él, Nandayapa confirma un discurso sólo comprensible por la
tierra y la geografía cultural.”
“Los poetas rompemos esa
aparente cerrazón del presente. Así la poesía es fisura y rompe con esa aparente
confusión interminable. Pero sucede que la poesía se hace con palabras y las
palabras tienen sílabas. Los poetas silabeamos el mundo y al silabear
respiramos y hay un neuma ígneo, como diría el viejo Heráclito, que funciona
ahí”, reflexiona el poeta Roberto Rico, “Premio Iberoamericano de Poesía Jaime
Sabines 2012” ,
respecto a los poemas de Mario Nandayapa.
***
Se levanta del asiento, abre una vitrina repleta de
libros de su autoría y saca uno por uno para exhibirlos con orgullo sobre la
mesa, de tal modo que en la punta del pilar quedó la edición De lo literario a lo íntimo, un gesto de
la lucha armada de Chiapas 1914-1920.
Mario Nandayapa es el
Cronista Oficial del Ateneo de Chiapas y en consecuencia es el último miembro
del Ateneo, dijo en 2010 el profesor Eliseo Mellanes Castellanos, miembro del
grupo de intelectuales chiapanecos.
“Ese compromiso lo tomó con
alta responsabilidad, como todo lo que emprende, y desde hace algunos años (Mario
Nandayapa) ha estado trabajando de forma intensa una investigación que dará
cuenta de forma sistematizada todo lo referente al Ateneo de Ciencias y Artes
De Chiapas, y que en breve dará a conocer”, sintetizó esa ocasión.
Actualmente, Mario Nandayapa investiga el período del
Ateneo de Ciencias y Artes de Chiapas, el cual surgió a partir de 1948, cuando
comenzaron las narrativas de Jaime Sabines, Enoch Cancino Casahonda, Eliseo
Mellanes, Rosario Castellanos, Carlos Selvas, Isauro Solís, Jorge Tovar,
Francisco Cabrera Nieto, José Núñez Chanona y Ramiro Jiménez Pozo, entre otros
de suma importancia.
Entre sus reconocimientos
destacan también el Premio Nacional en Investigación 1996 por el Centro de
Investigaciones Dramáticas “Rodolfo Usigli”, Premio Nacional de Proyectos
Alternativos 1998 por el Instituto Nacional de la Juventud , Premio Regional
de Poesía “Rodolfo Figueroa 2000” ,
Premio Nacional de Poesía "José Gorostiza 2000", la Medalla de Honor "Ángel
Albino Corzo 2011", por su aporte científico, literario, cultural y
humanístico.
Mañana (19 de octubre de 2012), dentro de la
XIX Semana Nacional de Ciencia y Tecnología
que se celebra del 15 al 19 de octubre, el Doctor Mario Artemio Aguilar
Nandayapa, recibirá el reconocimiento al Mérito Estatal en Investigación Científica
2011, en el Museo Chiapas, a las cuatro y media de la tarde, donde participarán
científicos, intelectuales, académicos y estudiantes.
***
En su cuarto de estudio, Mario Nandayapa se siente
contento por el reconocimiento a su trabajo de investigación científica. Aclara
que es importante ponderar a la literatura como una ciencia, y ésta le confiere
el estatuto de ciencia al estudio de la literatura que surge tras el
positivismo, al pasarse de la fe ciega en los hechos a modelos de investigación
en que se cuenta, con hipótesis o principios insertos en el marco de una
teoría.
La posible aparición de la
ciencia en el campo de las humanidades, dice, se vio como la posibilidad de
hacer surgir el orden y el sistema, allí donde no había sino datos e intuición,
y protegería, al mismo tiempo, el carácter específico de ese campo frente a las
invasiones externas.
Durante la charla, Mario Nandayapa se deja llevar por su
amor a las letras y cuenta que sus obras científicas son una extensión de su
pasión por la palabra, así que ¾parafraseando a José Emilio Pacheco¾, diría que no ama a la literatura pero en cambio
daría su vida sin titubear por un verso.
Nota: Algunas algunas entrevistas fueron recopiladas y proporcionadas por el entrevistado
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