Vistas de página en total

miércoles, 1 de febrero de 2012

Secuestran y liberan a una menor



Por Rafael Espinosa:
Ana se dirigía al gimnasio cuando fue secuestrada por hombres armados; antes de que la subieran al coche corrió y alcanzó hablarle a un familiar a través de su celular. Decía, agitada, “que ya no podía más, que la venían siguiendo”, contó una fuente.
Los desconocidos dejaron en claro que se trataba de una venganza presuntamente familiar y la adolescente —de 17 años— no era la pieza principal. Esto lo supo en el momento en que la encañonaron y la subieron al carro, agregó la fuente.

“Tu no eres la culpable, pero por culpa de otra persona la vas a pagar”, le dijeron.

Se sospecha que ningún vecino de la colonia San José Yeguisste logró anotar las placas del Tsuru rojo, lo cierto es que al momento de que el Consejo Estatal de Seguridad Pública terminó de recibir la llamada, activó también una alarma general para todos los agentes. Eran alrededor de las 11:30 horas.
Desde ese instante la Policía implementó un operativo, mientras que los raptores obligaban a la menor —mediante llamadas— a mentir a sus familiares, a fin crear una confusión sobre su paradero. Les decía que la llevaban rumbo a la salida a Chiapa de Corzo, luego que estaba por la Torre Chiapas y finalmente que la dejarían en la colonia Ojo de Agua, cerca de Plaza Las Américas.
Una hora más tarde, aproximadamente, la Cruz Roja recibió una llamada en la que le solicitaron de urgencia una ambulancia, en el Bulevar Laguitos, a unos metros de la rotonda Reloj Floral.
Se supo después que Ana fue abandonada por sus victimarios en esta rotonda. Ella se internó en un terreno baldío, de pasto seco, quizá por miedo.
Minutos más tarde ella pidió auxilio en la caseta de vigilancia de la Sagarpa (Secretaría de Agricultura Ganadería Desarrollo Rural Pesca y Alimentación), a media cuadra de ahí, contó la fuente.
Durante el recorrido, a bordo del auto de los secuestradores, Ana sufrió golpes, ahorcamiento, maltrato psicológico y la violación no llegó a consumarse,  debido a que Ana estaba en su ciclo sexual, se dijo.

“Ni para esto sirves”, la reprendieron los desconocidos al enterarse, abundó la fuente.

La adolescente fue hallada con un laso en la mano, con el cual los raptores pretendían estrangularla, estaba en crisis nerviosa. A través de un sondeo con otras fuentes, se supo que la joven fue sentenciada al bajar del coche.

“Corre mientras puedas”, le ordenaron los hombres de mediana edad, de estatura alta y de cuerpos intermedios, señalaron.

Ana ingresó al hospital anexo a la Cruz Roja a las 13 horas, custodiada por un convoy de patrullas y agentes especializados. Iba acompañada de su padre, un hombre de abdomen pronunciado, entrecano, de lentes y de unos 55 años, presuntamente concesionario de taxis.

Por orden de la Policía, su padre se negó a hacer declaraciones.

“Eso me dijeron; sólo voy a declarar en la SIEDO (Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada)”, puntualizó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario