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miércoles, 2 de marzo de 2022

Relato de un sobreviviente




Rafael Espinosa / Antes de salir de Guatemala, don Ciriaco tuvo que convencer a su esposa durante más de una semana para irse a Estados Unidos. 


—Prefiero que estés aquí antes de que te pase algo —le dijo su esposa. Ella sabía de la falta de dinero, pero pensaba en su esposo y en sus cuatro hijos, más en el recién nacido. 


—Aquí, como quiera, la vamos pasando —añadió.


Don Ciriaco también pensaba en su familia, sin embargo, sentía vivir en un pantano económico, porque ganaba 300 quetzales semanales (unos 800 pesos MXN) en una panificadora y pagaba 1,000 (alrededor de 2 mil 700 pesos MXN), por la renta de su casa. Con la misma rutina de siempre, levantarse a las 3 de la mañana, descansar una hora y volver al trabajo hasta salir a las 11 de la noche, sin ver rendir el salario.


—Nomás en cuanto llegue, te enviaré dinero; vas a ver que nos va ir bien —le animó a su esposa. 


Don Ciriaco insistió hasta convencerla. Pidió prestado 90 mil quetzales (unos 240 mil pesos MXN); y el miércoles 8 de diciembre, a las 4 de la madrugada, salió de su casa, de Cubulco, Departamento de Baja Verapaz, Guatemala, sin saber que 35 horas más tarde viviría la tragedia de su vida.


Se reunió con el amigo que lo había encandilado en el viaje. Cruzó la frontera de Guatemala hacia México; se reunió con más gente que tenía el mismo destino; llegar a Estados Unidos. 


No sabe cuántos pueblos del estado de Chiapas, México, haya cruzado, dice, solo sabe que, junto a más de 150 personas, durmió hacinado en una casa de donde lo recogieron en un trailer casi al medio día del jueves, 9 de diciembre.


Con su mochila al hombro, don Ciriaco sintió un mal presentimiento antes de subirse a la caja del tráiler y solo entonces recordó la advertencia de su esposa. Sin embargo, después de unos segundos, resolvió treparse al remolque, pensativo.


Durante el viaje, cuenta, unos iban parados, otros sentados. Cuando se cansaban, se alternaban voluntariamente. En una de esas que le tocó sentarse, conoció casualmente a otro migrante de su municipio, de Cubulco, evangélico como él, a quien le contó de sus presentimientos.


—Ojalá no nos vaya pasar algo malo —le dijo.


—¿Por qué lo dices? —.


—No sé –repuso Ciriaco.


—No andes pensando en cosas malas, mejor oremos para que Dios nos proteja —le exhortó el muchacho, de unos 23 años, de quien no sabe si está vivo o muerto.


Antes de la tragedia, Ciriaco sentía que el tráiler circulaba rápido y parecía que todos lo sentían también, dice, porque todos estaban más callados que de ordinario y lograba percibir la contracción de los cuerpos, como cuando presagias un peligro por la velocidad, recuerda.


De pronto, relató, el remolque dio vuelta y se escuchó el golpazo. En penumbras, caí sobre otros compañeros y perdí la conciencia por un momento. Cuando abrí los ojos entró una claridad de las compuertas que se abrieron con el impacto. Algunos que viajaban hasta atrás, salieron disparados. Los que murieron, supongo, dice, eran los que iban al inicio de lado izquierdo de la caja, donde el remolque recibió el golpe más fuerte.


—Todo fue tan rápido –dice. De pensar que mi sobrino no vino conmigo, porque no consiguió dinero para que viajara.


Hoy, en la Cruz Roja de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México, Ciriaco tiene el brazo izquierdo entablillado y fracturas de las costillas 5 y 6 del mismo lado. Ahí, junto a él, están más de 30 pacientes de distintas nacionalidades, principalmente de Guatemala, y hay decenas de heridos más en otros hospitales de la capital chiapaneca. 


De acuerdo con el reporte oficial, se registraron 55 muertos y 105 heridos, hombres, mujeres y menores de edad. Se dice que viajaban más, pero que huyeron despavoridos en las colonias aledañas de donde ocurrió el accidente, en el Refugio, en el tramo Chiapa de Corzo-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.


Inmediatamente después de la tragedia, cuenta, le llamó a su esposa.


—Juana… me accidenté —le dijo.


Su esposa comenzó a llorar.


—No te llores, estoy vivo.


NOTA: Fuentes oficiales informan que el tráiler habría salido de San Cristóbal Chiapas, con destino a Puebla.

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