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miércoles, 2 de marzo de 2022

Chiapaneca de sangre azul



Rafael Espinosa / Ponerse una playera parece una cosa normal, sin embargo, ponerse la de tu equipo rival; eso, eso no tiene nombre, dice Darla Cruz Palacios, con su sonrisa jocosa, fanática de corazón del equipo de fútbol Cruz Azul.

Fue la única vez que se puso la playera del América como pago a una apuesta entre amigos, en la que anduvo un día ante la mirada de gente que desconocía que por dentro sentía una humillación desmedida.


No obstante, Darla sabe que las deudas de juego son deudas de honor, aunque la lealtad a su equipo no lo abandona ni en sueños, dice. La lealtad precisamente ha mantenido su firmeza hacia el Cruz Azul desde que tenía 12 años de edad.


Su recámara está tapizada de playeras, revistas, banderas, tazas, peluches, recortes de periódicos, cuadros y un mundo de recuerdos que ha logrado conseguir como toda una hincha cuyos ratos libres los dedica a leer para conocer hasta los secretos más íntimos del equipo.


De este modo es que hace un par de años se ganó una playera del exfutbolista argentino naturalizado mexicano, del Cruz Azul, Chaco Giménez (Christian Eduardo Giménez), en un programa de televisión de cadena nacional, al mostrar a través de un video su recámara y contestar unas preguntas que para una fan no es tan difícil.


Correcto fue resolver que el platillo favorito de “Chaco Giménez” son las empanadas argentinas, que su mejor amigo es Rubén Sambueza y que sus números favoritos son el 10 y el 7. Después la playera le fue entregada de manos del exjugador, en La Noria, el centro de alto rendimiento del Cruz Azul.


De tantas cosas que había pensado decirle, apenas le dirigió algunas palabras, ni siquiera lloró a pesar de que se moría de ganas de hacerlo. El Chaco la abrazó y le dijo que estaba contento de conocerla, porque aficionadas como ella eran motivos suficientes para creer en el fútbol profesional. 


Otro de sus predilectos es el exjugador del Cruz Azul, el argentino “Chelito Delgado” (César Fabián Delgado), con quien comenzó su historia como seguidora del Club. Recuerda que desde pequeña veía los partidos dominicales con su abuelo, en la sala de su casa. 


Desde siempre ha jugado futbol en sus ratos libres. Hoy, juega en una liga independiente, en el equipo local “Las Pumitas”, en un campo ubicado cerca del Libramiento Sur y Carretera a Villaflores, en la capital chiapaneca.


—Pero lo que son los contrastes de la vida —dice en un tono divertido.


—¿Por qué?


—Mis papás y mi hermana son americanistas —. Ríe.


Darla, trabajadora de una empresa de seguridad privada, es orgullosamente una de las más grandes fanáticas del Club Cruz Azul, en Chiapas.

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