Foto: Jacob García |
• El mejor ángulo de su vida
Rafael Espinosa / Hoy cumpleaños uno de
los personajes más emblemáticos de la fotografía en Chiapas. Como fotógrafo
oficial ha cubierto a 11 gobernadores, interinos, sustitutos y candidaturas
políticas, desde la época del General Absalón Castellanos Domínguez hasta el
actual mandatario estatal, Manuel Velasco Coello.
Don Florencio Villalobos nació el 16 de
septiembre de 1950, en Tehuantepec, Oaxaca. Desde niño se mudó a Tapachula,
Chiapas, donde siendo joven comenzó a encapsular imágenes instantáneas en el
Parque Miguel Hidalgo, con un caballito de madera y traje de charro para los
niños.
Alguna vez en su vida pensó estudiar la
licenciatura en Contaduría Pública, sin embargo, las vicisitudes del destino lo
llevaron a conocer el mundo de la fotografía, un oficio que le ha dado de comer
a lo largo de sus 48 años de carrera profesional.
A sus 68 años, no se ha dejado apabullar
por la evolución tecnológica. En sus inicios fue laboratorista e impresor de
fotografías en blanco y negro, y actualmente asesora a sus amigos de las nuevas
generaciones, a través de aplicaciones y programas relacionados con la era
digital.
Nunca pensó llegar a estas alturas en el
oficio de fotógrafo y todo lo que ello implica, dice, porque comenzó con una
cámara de rollo de 35 milímetros y ahora tiene conocimientos en la perfeccción
de las imágenes en la computadora.
Cuando el huracán Stan, en 2005, don
Florencio utilizó la primera cámara digital en Chiapas, una Mavika que usaba
tarjetas grandes que le cabían seis imágenes, recuerda al tiempo de decir que
la mayor parte de su vida ha laborado en las áreas de Comunicación Social de
Gobierno del Estado, desde 1983.
A don Florencio se le caracteriza por
llevar siempre un monopié, selfie stick, lentes y teleobjetivos, incluso una
cámara fotográfica de repuesto. En su pequeña oficina del Ayuntamiento de
Tuxtla Gutiérrez, capital de Chiapas, tiene sus gavetas llenas de memorias,
pilas recargables, pañuelos y cepillos especiales para la limpieza de sus
equipos, y una computadora.
Entre el gremio de fotógrafos lo conocen
como “Pajarito”, un hombre que en sus mejores tiempos imitaba el sonido de
pájaros y de sirenas de ambulancias y patrullas en radionovelas del siglo
pasado. Dejó de hacerlo a causa de una operación de la garganta. “Todo por
servir se acaba, chato”, dice con cierta melancolía.
Es común ver que exgobernadores,
gobernadores, presidentes municipales, políticos y amigos del gremio, lo
saluden en los eventos públicos con abrazos efusivos a lo que él responde con
una sonrisa amistosa.
Como fotógrafo es profesional,
responsable y trabajador. No falta una sola vez en el calendario, salvo que sea
la fecha de su cumpleaños, incluso cuando se siente indispuesto se presenta a
su oficina como si se sintiera menos mal en el trabajo.
Da la impresión de que es una persona
seria, sin embargo, detrás de sus gafas de montura negra y su inseparable
gorra, hay un fotógrafo sencillo, reservado, y que enaltece la lealtad, dice
Pepe Ortega, compañero de trabajo.
Para René Araujo, fotógrafo profesional
y amigo entrañable de muchos años, define a don Florencio como una persona de
constancia inquebrantable, ejemplo de las nuevas generaciones por su esfuerzo,
dedicación y compromiso en su quehacer cotidiano.
Miguel Abarca, otro compañero del gremio
que lo conoce desde hace 13 años, resume a don Florencio como un hombre amable,
con gran experiencia en el oficio y muy cuidadoso con su equipo fotográfico.
Aunque sus pasos no tienen la misma
fortaleza que en su juventud, don Florencio continúa haciendo fotografías con
la misma pasión que cuando descubrió su gusto por este oficio; y así seguirá
“hasta que Dios nos preste vida”, reflexiona.
En esta semana, el presidente municipal
de Tuxtla Gutiérrez, Carlos Molano, le hará entrega de un reconocimiento por su
destacada labor, trayectoria y profesionalismo en el arte de la fotografía.
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